miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cultura Purépecha o Tarascos


La cultura tarasca o purépecha es una cultura precolombina de México que floreció principalmente en la región oriental del estado de Michoacán. La cultura se inició aproximadamente en el año 1200 d.C. y su esplendor terminó hacia el año 1600. Su gobierno era monárquico y teocrático. Como la mayoría de las culturas prehispánicas, eran politeístas. El calificativo "tarasco" es un epónimo considerado despectivo por los modernos descendientes de las poblaciones que conformaron esta cultura, que se autodenominan P'urhépechas.
 
Denominación que los españoles dieron al pueblo purépecha (en su lengua p'urhépecha) así como a su idioma que, contrariamente a lo que se ha pensado, carece de sentido despectivo y más bien parece tratarse de un término de parentesco usado por los antiguos purépechas para tratar a ciertos españoles con lo que se emparentaron políticamente. Tarasco procede de la voz tarascue (mi yerno o mi suegro), utilizada por los indígenas para referirse a los primeros españoles.
Por mucho tiempo, este etnónimo predominó sobre todo entre los estudiosos, actualmente el nombre de purépecha ha tendido a prevalecer y deriva de la manera como se llamaba al antiguo estrato social y cultural de los trabajadores y mano de obra guerrera en los dominios de la confederación. Se ubicaban en el actual estado de Michoacán, nombre que deriva del vocablo náhuatl Mechuacan (Lugar de Pescadores) utilizado por los aztecas para referirse a dicho territorio. Los dominios del imperio p'urhèpecha se extendían al sur hasta el actual territorio del estado de Guerrero, al norte hasta el sur de Jalisco y centro de Guanajuato (del p'urhépecha Cuanashuato: cerro de la rana) y al oriente hasta la región conocida entonces como Taximaroa, hoy Cd. Hidalgo, Michoacán. Actualmente, la cultura p'urhépecha sobrevive, y conserva su idioma, en la región central del estado de Michoacán.
Se dedicaban a la alfarería, escultura, arquitectura, pintura, orfebrería y notablemente la pesca fue y sigue siendo una actividad primordial para los purépechas.También eran los únicos que manejaban el bronce por lo que era uno de sus secretos.
Ciudad sagrada: Pátzcuaro, que significa "Donde se tiñe de negro".
Centro de poder: Pátzcuaro, Coyucan, Ihuatzio y Tzintzuntzan.
Cuna purepecha: Zacapu
Los tarascos eran politeístas, su dios principal era Curicaveri (el que surge del fuego), sin embargo también era la deidad principal de recolectores, cazadores y de la guerra. También destacan:
Curicaueri (el gran fuego): Dios del fuego. Se le considera la deidad más antigua de los tarascos.
Cuerauáperi o Kuerajperi: La que desata el viento, es esposa de Curicaueri, representa a la Luna, es a la vez madre y padre de todos los dioses. Deidad relacionada con la tierra y la lluvia, pues se le consideraba como la productora de las nubes, la auxiliaban cuatro deidades más, que eran sus hijas: Nube Roja, Nube Blanca, Nube Amarilla y Nube Negra.
 
Xarátanga: La que aparece en todas y diversas partes, es una advocación de la Luna o Cuerauáperi, señora o madre luna o luna nueva.
 Pehuame: La parturienta, es otra advocación de Cuerauáperi o de la Luna madre. Es la deidad del parto y esposa del Sol. Su principal centro de culto estaba en Tzacapu.
 Nana Cutzi: La madre encorvada, actualmente los tarascos o purépechas siguen utilizando el nombre para referirse a la Luna.
Tata Jurhiata: El padre sol, nombre que en la actualidad los indígenas michoacanos dan al sol como elemento natural y no deidad.
A la máxima autoridad se le denominaba "Cazonci" o "Irecha". Destacan algunos gobernantes
Iretiticátame: decidió que la cultura se establecería en el actual estado de Michoacán, México.
Tariácuri: fundador del reino Purépecha.
Zuanga: al enterarse del desarrollo de la Conquista de Tenochtitlan, recibió embajadores de paz enviados por el huey tlatoani Cuitláhuac. Envió a sus propios emisarios para evaluar la situación y prefirió mantenerse al margen, negando a Cuitláhuac la ayuda solicitada.7 Murió debido a la epidemia de viruela, poco antes de que llegaran los españoles a la Meseta Tarasca.
Tangáxoan Tzíntzicha: hijo de Zuanga, último cazonci Purépecha. Recibió nuevas peticiones de ayuda por parte de Cuauhtémoc, pues Cuitláhuac, al igual que su padre, había muerto a causa de la viruela. La negativa del nuevo cazonci fue contundente pues mando matar a los emisarios mexicas.
Emisarios purépechas fueron enviados para negociar la paz con Hernán Cortés en Coyoacán. El conquistador español hizo alarde con la artillería para impresionar a los purépechas. Tangáxoan Tzíntzicha preririó recibir a Cristóbal de Olid de forma pacífica el 25 de junio de 1522. Después de casi ocho años de convivencia con los españoles, la paz fue quebrantada por Nuño de Guzmán, quién en busca de riquezas, asesinó a Tangáxoan provocando la sublevación de los purépechas.
 
 
Cultura Chalchihuites


Altavista, o Chalchihuites, es una importante zona arqueológica mesoamericana cerca del municipio de Chalchihuites, en el estado de Zacatecas, México. Se localiza a 229 kilómetros al norte-noroeste de la ciudad de Zacatecas. Se ubica al oeste del cerro Sombrerete en la esquina noroeste del estado de Durango. Este sitio fue un oasis cultural, habitado de manera continua entre los años 100 al 1400 DC.
La zona se encuentra en la sierra de Chalchihuites. La palabra Chalchihuites proviene del náhuatl chalchíhuitl, que significa piedra preciosa. Grupos de las culturas chalchihuites-chichimecas se establecieron aquí.
El nombre Altavista se debe a un rancho que existió en los alrededores, cuando el arqueólogo Manuel Gamio visitó la zona. Existen opiniones de que este centro ceremonial fue desarrollado por la rama súchil de la cultura Chalchihuites.3 Se le relaciona con la cultura Chalchihuites, que floreció en el período clásico mesoamericano, tuvo estructura social y política; poseían una escritura jeroglífica. Y construyeron ciudades formales y urbanizadas, centros ceremoniales, usaron numeración, astronomía, y otros conocimientos. Este grupo tuvo en Chalchihuites, elementos que favorecieron su vida social, económica y militar.















Manuel Gamio efectuó las primeras investigaciones de este sitio en 1908. Exploró la zona del Salón de las Columnas y sus escaleras; también hizo sondeos en la región.
Las siguientes investigaciones del lugar tuvieron lugar en 1971, por J. Charles Kelley inició una excavación extensa del mismo; esos trabajos continuaron hasta 1976. La mayor parte de la historia conocida de la cultura Chalchihuites se debe a Kelley.
Las investigaciones arrojaron que el centro ceremonial fue diseñado y construido entre los años 450-470 d.C. INAH ha establecido que este no construido al azar, se hicieron orientaciones precisas desde el cerro del Chapín (siete kilómetros S-O) donde se encontraron dos petroglifos (círculos-cruces) similares a otros encontrados en Teotihuacán.
 
Salón de las Columnas
Estructura temprana. Recinto cuadrado con restos de 28 columnas, probablemente soportes de techo. Fue construido sobre una base, integrada a un patio con un altar central y un pasillo o andador perimetral elevado.
Es probable que originalmente hubo un patio en el centro del salón y que la estructura fue modificada para tener un techo completo. Posteriormente fue rellenado y convertido en una plataforma.
 Escalera de Gamio
Probablemente fue acceso al anterior edificio. Aparentemente varias de las columnas fueron reforzadas, con contrafuertes adosados a muros exteriores, es posible que fallas estructurales del salón se deban a esto.
En la esquina norte del recinto se encontró una tumba múltiple, con cuatro recipientes de ofrenda. Los recipientes tienen grabada una águila, con serpientes y relámpagos en su pico y garras. Probablemente el salón estuvo dedicado al dios Tezcatlipoca (dios Jaguar de los Cielos Nocturnos y del Norte).
Pirámide del Sol
Se encontró que esta estructura fue la última de tres etapas constructivas. Sobre ella se hay restos de un templo con almenas. Dentro hay una cripta que tuvo restos de tres personas con elaboradas ofrendas, se supone que pertenecen a importantes personas del lugar (sacerdotes-gobernantes).
Templo de las Calaveras
Se encontraron muros y pisos de adobe con estuco. Se ubica al suroeste de la Pirámide del Sol. Tiene una pequeña entrada de 70 centímetros en el muro sureste. Hay dos hoyos de 40 centímetros, probablemente cimiento de dos postes que sostuvieron un marco soporte del techo. Existe un fogón de roca y adobe estucado; de dos metros cuadrados. En el piso se encontró huesos humanos desarticulados (cráneos, mandíbulas y huesos), los cráneos tienen perforaciones, y los fémures estaban amarrados con soga. Se estima que estos restos pudieron ser parte de ofrendas asociadas al sacrificio humano.
El laberinto
Un pasillo largo de muros de mampostería ubicado al lado del Salón de las Columnas.; se compone de varias vueltas y pilares con variados ángulos. Se identificaron varias moficiaciones realizadas en el pasillo después de su construcción original. Se ha encontrado una alineación entre la prolongación del pasillo y el pico del cerro Picacho (salida del sol equinoccial). A la salida del sol, se ilumina el laberinto con luz solar, razón por la cual se le ha llamado "camino solar".
Otras estructuras
Existen muchas otras estructuras aún no estudiadas, la plataforma suroeste del patio tiene restos de unas estructuras; una pirámide central y pequeños recintos a ambos lados.
Descuido de la Zona
La población de Chalchihuites se preocupa por la falta de seguridad en la zona y la falta de seguridad para la importante y valiosa colección de piezas arqueológicas que alberga el mismo museo.

Comala


Comala es una localidad del estado mexicano de Colima, situado al norte del mismo, entre las coordenadas 19° 18’ y 19° 32’ latitud norte y entre los 103° 37’ y 103° 57’ longitud oeste. Limita al norte con Zapotitlán y Cuauhtémoc; al oeste con Minatitlán, y al sur y este Villa de Álvarez.

Los pobladores más antiguos del territorio de Comala se establecieron ahí hace más de 3,000 años]. En esta zona florecieron importantes culturas como la olmeca[cita requerida], náhuatl (500 a. C.)[cita requerida], tolteca[cita requerida], chichimeca (durante la época clásica, 1154-1429 d. C.), y la tarasca, que era la principal cultura a la llegada de los españoles, lo cual es muestra de la diversidad cultural que desde siempre ha existido en dicho lugar.
 En 1527, la región de Comala fue dada en Encomienda a Bartolomé López; durante más de 300 años este lugar fue considerado como asentamiento, rancho, pueblo, e incluso a principios del siglo dieciocho, aún se denominaba República de Indios, con un gobernador como autoridad. Fue hasta 1820 que Comala se constituyó como ayuntamiento, de conformidad con la Constitución de la Monarquía Española, y el primer alcalde fue Don Cayetano Pizarro. En 1857, Comala fue erigido como ayuntamiento, de acuerdo a la nueva Constitución Republicana. En lo que respecta a servicios públicos, éstos empezaron a brindarse a partir de 1906, cuando comenzó el servicio de energía eléctrica en Comala, Colima y Villa de Álvarez, procedente de la primera planta de luz en el estado, ubicada precisamente en la localidad de El Remate, municipio de Comala.
Comala, “Lugar donde se hacen comales” o “Lugar de comales” o “Comalería”, significado que proviene de los vocablos náhuatl AnyComalli que significan “lugar” y “comal” respectivamente. El nombre de Comala evoca a la época en la que los artesanos del lugar elaboraban comales de barro. Es uno de los lugares más famosos de Colima gracias a la leyenda, el folclor y las tradiciones que se han entretejido a partir de su conmovedora mención en la novela Pedro Páramo, del reconocido escritor jalisciense Juan Rulfo. Significa: Lugar de Comales o Comalería. Fue asiento de importantes núcleos indígenas que aún existen en Suchitlán (tierra de flores), Cofradía de Suchitlán y Zacuálpan, donde se ha extraído abundante y admirable cerámica arcaíca.
Guachimontones


Guachimontones(o Huachimontones) es el nombre de un centro ceremonial y antiguo asentamiento prehispánico ubicado en la ciudad y municipio de Teuchitlán, aproximadamente a una hora al oeste de la ciudad de Guadalajara en el estado de Jalisco. Este asentamiento fue bautizado así por el nombre del lugar donde se descubrió este primer sitio arqueológico, posteriormente se han descubierto otros asentamientos de la misma Tradición Teuchitlán, una compleja sociedad que probablemente existió desde 300 a.C. hasta 900 d.C.
Este centro ceremonial incluye varias construcciones con un estilo arquitectónico peculiar, entre ellas varios túmulos cónicos escalonados o pirámides rodeadas de patios circulares, dos juegos de pelota, un anfiteatro y algunas terrazas y edificios.
 
La palabra Teuchitlán se deriva de la voz Teotzitlán o Teutzitlán que se interpreta como “lugar dedicado a la divinidad”, “lugar del dios Tenoch” o “lugar dedicado al dios reverenciado”.
Posiblemente la fundación del poblado se remonta a los aztecas que lo erigieron en un cerro denominado Huachimontón, al norte de su actual asiento. Fue fundado por integrantes de las tribus Nahuatlacas que colonizaron el centro de México en el periodo postclásico, sin embargo se sabe que las construcciones vecinas a Teuchitlán son anteriores a tal colonización. La cultura creadora de las construcciones en Guachimontones recibe el nombre de Tradición Teuchitlán, y tuvo su período de apogeo entre los años 200 y 400 d. C, desapareciendo hacia el año 900 d. C., posiblemente antes del arribo de los colonizadores náhuatl.
 
El sitio fue descubierto en 1970 y su investigación empezó en 1996. Sin embargo, pese a la poca investigación y conocimiento del sitio, se conoce importante información acerca del sitio, gracias al trabajo del investigador Phil Weigand, su esposa Arcelia García y equipo de investigación. Se propone el auge de esta ciudad entre los años 200 y 400 d.C. y su caída hacia el 900 d.C, aunque se sabe que su antigüedad es de más de 2 mil años.
El sitio actual abarca 19 hectáreas, aunque se estima que durante su apogeo tenía 24 mil, y que fue habitado por alrededor de 40 mil personas.
Como en muchos otros sitios del continente, es un común denominador, por ejemplo en Calixtlahuaca5 y en Tiahuanaco, Bolivia.6 las construcciones de Guachimontones4 han tenido maltratos a lo largo de los años, piedras de las ruinas se han usado para empedrar calles y levantar casas en el pueblo.


Teuchitlán


Teuchitlán es el nombre de un municipio y de un poblado del estado de Jalisco, México.
El nombre Teuchitlán proviene del náhuatl y quiere decir lugar dedicado al dios o lugar del dios Tenoch. El pueblo tiene sus orígenes en la época prehispánica, pues fue fundado por tribus nahuatlacas en el cerro llamado hoy Guachimontón y formaba parte del señorío de Etzatlán. Su incorporación a la Nueva España ocurrió en 1524 por la mano de Francisco Cortés de San Buenaventura. En 1530, Nuño de Guzmán anexa el poblado al territorio de la Nueva Galicia.
Teuchitlán cuenta con varios elementos hidrográficos significativos en su territorio, al encontrase al costado de la antigua laguna de La Vega en donde se encontraron chinanpas (hoy presa de La Vega.Los afluentes significativos del municipio son el Río Salado, los arroyos Chapulimita, Los Otates y El Agüilote que desembocan todos en dicha presa de La Vega. El poblado de Teuchitlán se localiza junto a una serie de manantiales conocidos como Manantiales del Rincón.
Teuchitlán se deriva de la voz Teotzitlán o Teutzitlán que se interpreta como “lugar dedicado a la divinidad”, “lugar del dios Tenoch” o “lugar dedicado al dios reverenciado”.
La fundación del poblado se remonta a los aztecas que lo erigieron en un cerro denominado Huachimontón, al norte de su actual asiento.
Fue cacicazgo dependiente del señorío de Etzatlán y lo habitaban las tribus de los tecos. Siendo conquistado en 1524 por Francisco Cortés de San Buenaventura. En 1530, Nuño de Guzmán conquistó esta región de paso a Etzatlán. El virrey D. Antonio de Mendoza pasó por el poblado, en 1541, cuando vino a pacificar a los indígenas sublevados del Miztón.

El río que lleva el nombre del poblado marcó los linderos entre la Nueva Galicia, y la Nueva España. En 1825 Teuchitlán era un pueblo con ayuntamiento y comprendía las siguientes haciendas y ranchos: Las Fuentes, Estanzuela, Labor, Paso de Flores y Laja. Desde esa misma fecha también perteneció al 5º Cantón de Etzatlán hasta 1872 en que pasa a depender del 12º Cantón de Tequila.
 
Tumbas de tiro


Los términos tradición de las tumbas de tiro o cultura de las tumbas de tiro se refieren a un conjunto de rasgos culturales interconectados que se han encontrado en los estados mexicanos de Jalisco, Nayarit y Colima. Se ha datado entre los años 300/200 a.C. y 400/600 d.C. de la era cristiana. Una buena parte de los objetos producidos por los portadores de esta cultura ha sido encontrado fuera de contexto arqueológico, debido a la actividad de saqueadores de tumbas cuyos entierros han sido vendidos al mercado negro. El mayor entierro asociado a esta tradición fue encontrado en 1993, en Huitzilapa (Jalisco).

Aunque en un principio se asoció a la cerámica de las tumbas de tiro con los tarascos,
 contemporáneos de los mexicas; hasta mediados del siglo XX se descubrió que estos objetos eran anteriores por lo menos en mil años. Hasta hace relativamente poco tiempo, lo único que se conocía de los portadores de la tradición de tumbas de tiro eran los objetos de cerámica y que enterraban a sus muertos en galerías excavadas en el suelo (de donde el nombre de esta tradición). Casi desconocida, la mayor colección de la cerámica clásica del Occidente de Mesoamérica fue presentada en 1998, con el subtítulo de Art and Archaeology of the Unknown Past. En la actualidad se sabe que la tradición de las tumbas de tiro no caracteriza a un área cultural unificada, aunque muchos arqueólogos continúan identificando con este nombre a los pueblos que vivieron en el occidente de Mesoamérica durante el Preclásico y el Clásico.



Las llamadas tumbas de tiro son unas sepulturas características de determinados sitios arqueológicos de Jalisco, Nayarit y Colima, en México. Se consideran pertenecientes a la llamada Tradición de las tumbas de tiro, que se estima se desarrolló entre los años 200 a. C. y 600 dC.
 

File:Ameca style figurine from Jalisco (Zeetz Jones).jpgConsisten en un tiro o pozo de 2 a 16 metros de profundidad de sección circular o rectangular que se excava en la tierra.
Al llegar a determinada profundidad se excava hacia a un lado una o varias cámaras funerarias que contendrá el cadáver y sus ofrendas.
Estas cámaras,
están comunicadas entre sí con pequeños túneles en las cuales se han encontrado elementos ceremoniales que acompañaban a los muertos. Una vez hecho el enterramiento, se cierra la comunicación entre la cámara y el tiro, se llena el tiro de tierra y, en general, no queda ninguna huella de la tumba. Las variaciones entre las tumbas pueden deberse a la calidad del subsuelo, a la categoría social de la persona o de las personas enterradas o simplemente al estilo de moda en determinada área o determinado tiempo. Por lo general las tumbas de tiro pueden albergar a varios cuerpos.
Los estudios de las piezas contenidas en las tumbas y algunos fechamientos por carbono 14 indican que su uso cubre un período que va de poco antes de Cristo hasta el año 600. Algunas de las tumbas son muy complicadas y tienen varias cámaras funerarias.
La tumba de tiro más conocida es la de Etzatlán (El Arenal (Jalisco)), con tres cámaras y 16 metros de profundidad.
Aparte de su presencia en el Occidente de México, este tipo de tumbas existen también en otros lugares de Sudamérica. Son particularmente abundantes en el área de Ecuador y Colombia. Este hecho y otros rasgos culturales que existen entre el Occidente y esta región de Sudamérica tiende a indicar antiguas relaciones entre estas dos áreas distintas.

 
Cultura Chupícuaro
 
La Cultura Chupícuaro es originaria del período del Preclásico Superior o formativo. Su época de esplendor abarcó del 800 a.c. al 200 d.c.
En lengua purépecha significa "Lugar de Cielo Azul". De Chupicua, Azul y ro: lugar.
Chupícuaro está hoy cubierto por el agua de la Presa "Solís". Se localiza cerca de la ciudad de Acámbaro en el sureste del Estado de Guanajuato.
Si bien no ha sido posible determinar el origen exacto de este pueblo mesoamericano, su gran característica es la de una basta producción de cerámica, La agricultura fue su principal medio de alimentación. El cereal preferido era el maíz, mismo que se molía en metates para obtener harina. Ambas condiciones, la cerámica y la agricultura, constituyeron un claro ejemplo del paso del hombre nómada a sedentario.
 
Época Prehispánica
 

Chupícuaro quedó asentado en medio de los Ríos Lerma y Tigre o Coroneo. Sus habitantes vivían en chozas o jacales elaborados con lodo, plantas y hojas de la región. Tuvieron un alto culto a la vida y a la muerte. A sus muertos los hacían acompañar de ofrendas y los enterraban en diferentes posiciones, lo que es interpretado como parte de la pertenencia a un grupo social determinado, Incluso, se llegaba a sacrificar a un perro para que acompañara al difunto en su tránsito hacia el mundo ultraterreno. También rendían culto a la maternidad y a la fertilidad de la tierra. como un pueblo aldeano y pacífico que era, sin grandes construcciones como otras civilizaciones prehispánicas, recurrió a la recolección de frutas y de raíces, a la caza y a la pesca.
 

Pero la principal aportación de Chupícuaro fue la cerámica. En este sentido abundaron las vasijas y las figurillas, producto del talento y las manos prodigiosas de sus pobladores. Las vasijas tenían dibujos geométricos y motivos textiles diversos con los colores rojo, crema o bayo y negro. Era una cerámica policroma (de tres colores). La bicroma (de dos colores) era generalmente de crema o bayo con rojo y la monocroma (de un solo color), de rojo o café. Sobresalió el uso de la arcilla, la concha, el hueso y la piedra. El fino acabado y el brillo de la cerámica le dio una notable belleza estética. Las piezas de cerámica llegaron a simular figuras y caras de personas, de animales y de vegetales.
Gracias al estudio de las figurillas de Chupícuaro; los arqueólogos han logrado determinar las costumbres y la forma de la vestimenta de los habitantes del "Cielo Azul" Se pintaban la cara y el cuerpo, usaban bragueros, collares y aretes. Los hombres portaban una cinta sobre la cabeza y las mujeres recurrían a los turbantes o tocados sobre la cabeza. Se peinaban de raya en medio con fleco sobre la frente. Mientras que algunos probablemente usaron sandalias, otros andaban descalzos.
 
Figura femenina. 
Occidente de México (Guanajuato). Cultura Chupícuaro
Período Preclásico tardío. 500 a.C. a 200 d.C. 
México Los habitantes de Chupícuaro no sólo conocían el uso del fuego, sino los instrumentos musicales como las flautas, ocarinas, silbatos y sonajas. Se cree que tenían un tipo de música propia, misma que servia para ceremonias rituales. Así mismo debieron conocer la danza, las puntas de flecha y de lanza que usaban para la caza y la pesca eran la obsidiana, un material que abundó en la región del norte de Michoacán.

Cultura Capacha


Con el nombre de cultura Capacha se conoce un complejo arqueológico de Colima, en el Occidente de Mesoamérica. La cultura Capacha fue la primera con rasgos complejos que se desarrolló en la región, aproximadamente entre los años 2000 a. C. y 1200 a. C. Fue estudiada y descubierta por Isabel Trusdell-Kelly, arqueóloga estadounidense que realizó excavaciones en la zona de Colima en el año de 1939. Las semejanzas entre las piezas de esta cultura y la cerámica contemporánea de la región de Ecuador apuntan a que hubo alguna relación muy temprana entre el Occidente de mesoamericano y las culturas andinas.

Capacha fue contemporánea de otros desarrollos culturales importantes de Mesoamérica, como El Opeño, en Michoacán, y la primera fase de Tlatilco, en el valle de México. La extensión geográfica de las piezas de cerámica Capacha abarca toda la costa del océano Pacífico, entre los estados mexicanos de Sinaloa, en el norte, y Guerrero, en el sur. Especialmente importantes son los entierros descubiertos por Gordon F. Ekholm en Guasave, Sinaloa.
Al tiempo que se desarrollaba la Capacha también lo hacían otras culturas importantes de Mesoamérica, como El Opeño, en Michoacán, y la primera fase de Tlatilco, en el valle de México. Su seña de identidad más importante, la cerámica, se extendió por toda la costa del océano Pacífico, entre los estados de Sinaloa, por el norte, y Guerrero, por el sur. También son de suma importancia los entierros que Gordon F. Ekholm descubrió en Guasave, Sinaloa.
• Fase Capacha: (1.500 - 1.000 a. C.) En esta fase la cerámica se asociaba a ritos funerarios, con una vasija acinturada conocida como guaje o bule.
• Fase Ortices: (500 a. C. - 500 d. C.) Entre estos años surgen las tumbas de tiro y sus vasijas características son antropomorfas y zoomorfas.
• Fase Comala: (100 - 700 d. C.) Durante este tiempo la cerámica alcanzó su máximo desarrollo estético.
• Fase Colima: (400 - 600 d. C.) En esta fase comienza la cuenta atrás de la tradición en las tumbas de tiro y surgen las ciudades, cuyos planteamientos recogen plazas y montículos. Las figuras de piedra toman protagonismo y por el contrario la cerámica cambia belleza por utilidad.
• Fase Armería: (500 - 1.000 d. C.) El diseño de la cerámica se vuelve geométrico, más simple y lineal.
• Fase Chanal: (600 - 1.500 d. C.) Aparecen las influencias puramente mesoamericanas y ciudades semejantes a las del altiplano, como El Chanal, con elementos de piedra que representan a dioses. Comienzan a fabricarse artefactos de metal y las figuras de cerámica se elaboran macizas.
• Fase Periquillos: (1.000-1.500 d. C.) En esta fase el poder militar y comercial recae sobre tres señoríos, Alimán, Coliman y Cihuatlán-Tepetitango. La cerámica toma un retroceso y se vuelve tosca, con rasgos más estilizados y apariencia primitiva.

Opeño
 

El Opeño es un yacimiento arqueológico que se localiza en Jacona de Plancarte, un municipio del estado mexicano de Michoacán enclavado en el Valle de Zamora. Da su nombre a una cultura precolombina conocida especialmente por los materiales de cerámica encontrados en los complejos funerarios de la zona, mismos que han sido fechados en el Preclásico Tardío de Mesoamérica. La importancia de El Opeño en la arqueología mesoamericana radica en su antigüedad y en la amplia difusión de su estilo, contemporáneo de otros desarrollos culturales indígenas como la cultura Capacha y anterior a la cultura de Chupícuaro que se desarrolló en el Bajío. Las tumbas de El Opeño son las más antiguas de Mesoamérica. Han sido fechadas alrededor del siglo XVI a. C., por lo que anteceden el desarrollo de la cultura olmeca, que tuvo sus centros principales en la costa del golfo de México y floreció unos siglos más tarde. Los descubrimientos de El Opeño fueron un hito que permitió poner en tela de juicio el carácter que se atrubuía a los portadores de la cultura olmeca como los fundadores de Mesoamérica.
El Opeño está constituido por un conjunto funerario que suele ser incluido en la tradición de las tumbas de tiro, que se difundió por gran parte del Occidente de Mesoamérica, sobre el territorio de lo que actualmente constituyen los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán.  Los entierros de El Opeño, como los de el resto de las zonas donde se han encontrado materiales de la Tradición de las tumbas de tiro, se distinguen precisamente por su excepcionalidad en el marco de Mesoamérica. Ningún otro pueblo mesoamericano construyó antes del florecimiento ni después del declive de esta tradición monumentos funerarios de este tipo. Se trata de tumbas verticales, o casi verticales, que fueron excavadas en el tepetate o toba volcánica que forma parte del subsuelo de la región. El acceso a las cámaras funerarias subterráneas se efectuaba de modos diversos, por ejemplo, en Nayarit, es común que las tumbas cuenten con tiros muy profundos, aunque en El Opeño contaron con escaleras. En el complejo funerario de El Opeño han sido descubiertas doce tumbas, todas las cuales muestran indicios de planificación arquitectónica. Asimismo, el complejo en su totalidad está organizado en torno a un plan global.
En torno a la necrópolis de El Opeño no se ha encontrado ningún resto material de las poblaciones de los constructores de las tumbas. Esto motivó que se les representara como un pueblo que se encontraba en la transición hacia el sedentarismo agrícola que caracterizó a las sociedades urbanas de Mesoamérica en el Preclásico Medio. Sin embargo, el análisis de los materiales arqueológicos encontrados en las tumbas tanto los restos óseos de sus ocupantes como las ofrendas con que fueron enterrados muestra que los constructores de las tumbas de El Opeño fueron miembros de un pueblo claramente sedentario, con una elevada estratificación social que se refleja en las diferencias entre los bienes ofrendados a los muertos.
Periodo Posclásico


Las fechas que abarcan este periodo van de 900/1000 a 1521. La principal característica del Posclásico fue el militarismo. En este periodo hubo gran movilidad de población del Norte, inestabilidad política, difusión de elementos culturales y procesos de expansión de poder. El Centro de México es el escenario principal de este periodo.

El Posclásico está marcado por las migraciones de grupos provenientes del Norte, agricultores o cazadores-recolectores, llamados genéricamente chichimecas. Estos nómadas y sedentarios llegaron al Centro de México, donde asimilaron formas de vida más complejas a las de ellos y se incorporaron a la vida política. En algunos casos llegaron a tomar el poder, gracias a su capacidad militar.

La reestructuración política del Posclásico implicó que los centros de poder no sólo tenían un dominio económico regional a través del control comercial sino también buscaban un sometimiento que consiguiera poner bajo su mando a pueblos en condición de tributarios. Esto provocó un clima generalizado de rivalidades, resistencias y agresiones. El militarismo implicó que hubiera guerreros profesionales, que la casta militar tuviera gran poder social y político y que aumentaran considerablemente los sacrificios humanos para dar un sentido sagrado a las campañas de conquista y expansionismo.
 
La necesidad de protección propició que los centros de poder se construyeran en sitios protegidos, como islas (México-Tenochtitlan y México-Tlatelolco), en acantilados (Tulum) y en barrancos, laderas empinadas y dentro de murallas. En el centro de México, las expresiones artísticas y culturales también se vieron afectadas por el clima bélico, volviéndose más severas y marciales. Proliferaron las imágenes de sacrificios humanos y en muchos templos se añadieron esculturas de militares armados. Los símbolos de la ideología militarista fueron difundidos primero por los toltecas y sus seguidores, y después por los mexicas.
Este es el periodo del pasado mesoamericano que más se conoce debido a la cantidad de fuentes documentales -en náhuatl, español y latín- que describen la vida durante esta etapa. Especialmente se tiene noticia de las creencias, costumbres, tradiciones, literatura, etc. de los mexicas y sus vecinos, como texcocanos y tlaxcaltecas.
 


 
 
Mesoamérica


Mesoamérica, área cultural que engloba el territorio del actual México y casi toda Centroamérica, donde se desarrollaron una serie de civilizaciones que compartían rasgos y tradiciones culturales, antes de la llegada de los europeos en el siglo XVI. El término Mesoamérica se refiere tanto a las culturas que existían antes de que arribaran los europeos como a la región en la que se desarrollaron, que incluía los actuales territorios de México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Los límites de Mesoamérica, así como sus tradiciones, cambiaron constantemente a medida que determinados rasgos culturales se extendieron entre las distintas sociedades. Entre las civilizaciones más importantes que se desarrollaron en la región se cuentan la olmeca, la zapoteca, la maya y la azteca.
Las culturas de Mesoamérica desarrollaron complejos sistemas de gobierno, creencias religiosas, conocimiento científico y formas artísticas. Dentro del área, los pueblos compartieron rasgos que iban desde la dieta y el vestido hasta los tipos de templo y los dioses. Las cosechas más típicas eran de maíz, los frijoles y el chile. Las tortillas de maíz, un alimento básico, se preparaban con piedras de amasar y moldes de arcilla. Los nobles usaban habitualmente túnicas de algodón ricamente bordadas, mientras que la gente del común se vestía con prendas de paño y simples frazadas. Entre los elementos arquitectónicos comunes se encuentran los grandes templos levantados sobre altos plintos escalonados y los juegos de pelota donde se practicaban juegos de significación religiosa. Entre los logros intelectuales de Mesoamérica se cuentan distintos sistemas de escritura jeroglífica, avanzados estudios astronómicos y un calendario muy complejo y preciso. Las prácticas y creencias religiosas compartidas por estas culturas incluyen deidades comunes, culto a los antepasados y sacrificios humanos.

Los rasgos y tradiciones de Mesoamérica se desarrollaron en diferentes regiones y se extendieron por las diversas sociedades debido a los contactos interregionales. Para la época de la conquista española, que comenzó en 1519, la práctica totalidad de las sociedades mesoamericanas compartían estas características. Al desarrollo cultural contribuyó la diversidad ambiental de Mesoamérica. La división entre tierras altas y bajas producía diferentes plantas, animales y recursos en las diferentes regiones. Esta variedad alentó entre las sociedades unas relaciones basadas en el mutuo beneficio. Por ejemplo, los productos de las tierras bajas, como el algodón y el cacao (utilizado para hacer chocolate), se cambiaban por productos de las tierras altas, como obsidiana (un cristal volcánico utilizado para fabricar herramientas) y basalto (piedra de la que se hacían morteros para moler maíz).
 
Los arqueólogos dividen la historia cultural de Mesoamérica en cinco periodos principales: paleoindio (antes de 8000 a.C.), arcaico (8000-1500 a.C.), preclásico o formativo (1500 a.C.-292 d.C.), clásico (292-900 d.C.) y posclásico (900-1527 d.C.). Cada una de estas etapas supuso una serie de importantes desarrollos interrelacionados.

El periodo paleoindio abarca la época en que Mesoamérica, junto con el resto del continente americano fue ocupado por primera vez por bandas nómadas de cazadores-recolectores, cuyos antepasados habían emigrado desde Asia. Durante el prolongado periodo arcaico, los grupos mesoamericanos se establecieron en poblados permanentes y desarrollaron la agricultura como su principal medio de subsistencia. El mayor logro cultural del periodo arcaico fue el cultivo del maíz, que se convirtió en el alimento básico de la dieta mesoamericana.

Durante el preclásico se desarrollaron las primeras sociedades complejas, con grandes poblaciones sostenidas por la agricultura extensiva. Estas sociedades se segmentaron en una clase dirigente y otra popular. El desarrollo de estrechos vínculos entre las elites de las diferentes regiones hizo de Mesoamérica una entidad cultural definida, donde los pueblos compartían una ideología religiosa y una forma de gobierno, a pesar de estar divididos en sociedades distintas, con centenares de lenguas diferentes.

El periodo clásico contempla el máximo desarrollo de los primeros estados mesoamericanos dignos de tal calificativo, gobernados por reyes cuyo poder se asentaba sobre religiones oficiales y grandes y poderosos ejércitos. En estos estados se levantaron grandes y populosas ciudades y extensos sistemas comerciales. Existía una acusada estratificación social, entre cuyas clases se contaba un artesanado profesional y un campesinado, junto con una clase gobernante establecida. Tras el colapso de las grandes civilizaciones del periodo clásico, asistimos durante el posclásico al ascenso de otras sociedades en las que priman los canales comerciales a gran distancia y la potencia militar. Durante este periodo se dio una cierta secularización del estado, lo que implicaba que, aunque la religión seguía ocupando un papel importante, no estaba tan mezclada con la política y la economía. Los ejércitos adquirieron importancia en la medida en que protegían las rutas comerciales y servían para adquirir bienes y mano de obra mediante la conquista de otros estados. Fueron estas sociedades las que se encontraron los españoles, quienes iniciaron su conquista a principios del siglo XVI.